Cuando los jóvenes contratan programadores extranjeros
No entiendo por qué muchas empresas fundadas por profesionales más jóvenes que yo —tengo 45 años— tienen la costumbre de contratar programadores extranjeros.
Ya me ha pasado un par de veces: me llaman cuando el proyecto está en problemas, cuando hay que apagar incendios.
No tengo nada en contra del talento extranjero; de hecho, puede funcionar muy bien en el frontend, donde el contexto local importa menos.
Pero en el backend, la historia suele ser distinta.
En uno de los casos, el desarrollador colombiano con el que hablé —supuestamente encargado del backend— me dijo:
“Yo solo sé lo de la base de datos… ¿tú sabes leerla?”
Esa fue toda la conversación. Nunca llegué a ver el código ni la estructura. En teoría, él solo debía enviarme un JSON para que mi API emitiera el documento electrónico, pero ni siquiera se llegó a ese punto.
En otro proyecto, el programador —mexicano en este caso— insistía en que mi lógica era incorrecta, sin conocer cómo funciona la facturación electrónica en Chile.
El error era evidente: trataba todos los documentos en dólares, incluso las boletas y facturas locales, que por normativa deben estar expresadas en pesos chilenos.
En Chile solo las facturas de exportación pueden utilizar dólares, y aun así, deben hacerlo usando el dólar observado del día, publicado por el Banco Central, y aplicando la conversión según las reglas del SII.
Ese tipo de conocimiento no se aprende en un curso rápido de desarrollo; requiere experiencia en el dominio tributario chileno y entender las particularidades del sistema.
Estas experiencias me dejaron una lección clara: no se trata de nacionalidad ni de edad, sino de comprensión del dominio y dirección técnica.
Cuando se contrata sin entender la normativa ni el entorno, los errores no son de código, sino de criterio.
No se trata de cerrar puertas al talento remoto, sino de saber qué partes del sistema pueden delegarse y cuáles necesitan experiencia local.
Porque al final, cuando nadie sabe leer la base de datos y otro emite todo en dólares, alguien tiene que ir a apagar el incendio.
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